PERFIL
-- Nombre: Pedro Ignacio Calderón.
-- Estado Civil: Casado.
-- ¿Qué música escucha?: Le gusta todo tipo de música.
-- Hijos: Tres (Pablo, arquitecto; Esteban, músico, y Florencia, directora de cine)
-- Trayectoria: Fue director titular de las siguientes orquestas: Sinfónica de la Universidad Nacional de Tucumán, Filarmónica de Buenos Aires, Estable del Teatro Colón y Sinfónica Nacional desde 1994 hasta el presente. Fue becario del Fondo Nacional de las Artes para perfeccionarse en Roma. En 1963 ganó el premio en el Concurso Dimitri Mitropoulus y se desempeñó durante una temporada como director Asistente de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Dirigió importantes orquestas de Argentina, Europa, Asia, EE.UU. y Latinoamérica.
-- Reconocimientos: Premio Konex de Platino 1999: Director de Orquesta. Premio Konex 1989: Director de Orquesta. Fue premiado por la Cámara Junior de Buenos Aires como joven sobresaliente, por el Rotary Club, por SADAIC y por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina en diversas oportunidades.
--¿Qué concierto es para Ud. el más importante que dirigió?: "La Sinfonía Nro. 8 de Gustav Mahler, llamada Sinfonía de los Mil. Es una obra monumental.
Era la única que no se había ejecutado hasta el momento en Bs. As. La programé cuando era director del Teatro Colón con la Filarmónica, que tiene un plantel de 105 músicos, pero lo amplié a 130, más cuatro coros, en total 230 coristas. Hicimos 7 funciones y una extraordinaria. Fue un concierto fantástico. Hubo que ampliar el escenario".
--¿Qué obra le hubiera gustado dirigir?: "Una respuesta contenta sobre uno mismo es que podría decir que dirigí todo lo que tuve ganas de hacer, todo lo que me interesó". Discípulo de Alberto Ginastera y Vicente Scaramuzza, entre otros talentosos compositores y músicos argentinos, el director entrerriano Pedro Ignacio Calderón dirigió su primer concierto con sólo 16 años. La semana pasada, a los 76, con una larga carrera a nivel internacional y a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional desde hace 15 años, volvió a San Juan para dirigir la Orquesta Sinfónica de la UNSJ en el concierto en adhesión al Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Ex director artístico del Teatro Colón, fue durante 22 años la batuta de la Orquesta Filarmónica de Bs. As., pero también dirigió formaciones como las de Varsovia, Leningrado, de Radio y Televisión de la URSS, la "Georges Enesco", de Bucarest, y la orquesta de los Conciertos "Pasdeloup" de París, entre otras.
Reflexivo, meticuloso con las palabras y certero en sus afirmaciones, Calderón opinó sobre la situación de las orquestas en la Argentina y en San Juan en particular.
—Con 60 años de trayectoria y habiendo dirigido la mayoría de las orquestas del país ¿cómo ve la situación de las formaciones orquestales como la de la UNSJ, en cuanto a calidad de músicos, programación de obras, etc.?
—No es mala. Tanto en San Juan como en Mendoza, se produce una interesante cantidad de músicos. En Buenos Aires, que es el termómetro, es habitual la incorporación de jóvenes de estas universidades que cuentan con buenos maestros. Especialmente recalco esto de "buenos maestros". A San Juan y a Mendoza, que sí los tuvieron, hay que agregarle Córdoba, de modo que las orquestas de primer nivel de Buenos Aires siempre cuentan con un integrante nuevo de estas provincias, que ingresa luego de dar su concurso correspondiente. Hay un movimiento de renovación musical rico e interesante.
—En cuanto a los directores, ¿es partidario de los estables o de la renovación periódica?
—Dependerá de la capacidad de cada director. Alguien con capacidad musical para dirigir buenos conciertos y con capacidad de liderazgo y conducción del organismo, puede estar muchos años. Opino que cada orquesta debe buscar la situación ideal para encontrar a su director y que tenga el mejor provecho en el tiempo en que se dé. El director puede cansarse de la orquesta o al revés, es como con las parejas, en las que a veces se produce el divorcio. Hay ejemplos de directores que estuvieron muchos años al frente de una orquesta.
—Usted dirigió 22 años la Filarmónica de Bs. As. y hace 15 que es la batuta de la Sinfónica Nacional.
—Un caso que quedó en la historia es el de Herbert von Karajan, que estuvo 30 años al frente de la Filarmónica de Berlín. Pero a veces sucede que cualquiera de las dos partes puede sentir que ya no está cómoda dentro de esa situación y hay que hacer el cambio.
—En la actualidad la Sinfónica no cuenta con un director estable y las últimas batutas duraron entre siete y dos años ¿por qué considera que llega tan rápido la renovación?
—Por la elección. Por ejemplo, hay una chica y un chico que por separado son excelentes por lo que piensan que juntos andarán bien, pero la pareja no se da. Cada orquesta debe elegir muy bien el perfil de su director.
—¿Cómo se evalúa a un director?
—Por la manera en que se formó. Puede hacerlo por varios caminos: en su ejercicio de director de orquesta o de organismo, que son dos cosas distintas. Hay orquestas que tienen directores institucionales que no dirigen la batuta sino la vida interna y de planificación; y el director musical que dirige los conciertos, ayuda en la programación y da la tendencia artística estética que tendrá la orquesta, además de un equipo grande y muy eficiente que cumple las demás funciones. Esto en organizaciones o países muy formados, donde existe una estabilidad y una continuidad que no hay tanto en Argentina. Acá uno tiene que hacer de todo, porque es difícil armar organizaciones de trabajo formal, administrativo y burocrático con pautas para que puedan funcionar solas.
—¿Qué diferencias fundamentales encuentra entre el funcionamiento de una
formación europea y una argentina?
—Como una observación burda y gruesa, diría que fundamentalmente difieren en la eficiencia de la organización. Se trabaja con un sentido natural de anticipación y de proyección en el tiempo del trabajo que uno quiere hacer. Lo que hice en San Juan, hubiera estado planificado ya hace doce meses. He dirigido orquestas en el exterior y al principio me sorprendía cuando me preguntaban, con un año de anticipación, en qué orden iba a ensayar. Lo que aquí hacemos una semana antes, ellos lo hacen un año antes. Es un grado de eficiencia que en nuestro país cuesta entender y concretar porque estamos siempre muy expuestos a avatares inesperados que truecan lo que estábamos organizando.
—Pero ¿cuál es la falla, porque talento hay y posibilidad de organización también?
—Es como si tuviéramos una gran vocación por la improvisación y cierta dificultad para la planificación con anticipación. Por ejemplo, la temporada que comienza la Sinfónica o cualquier otra orquesta del país en marzo, debería ya estar definida en sus ínfimos detalles desde julio del año pasado. En nuestro país es difícil que se dé eso. Quizás el Colón es el ente que con mayor anticipación ha armado su programación, pero siempre "a la Argentina". Somos muy prácticos para improvisar situaciones de último momento.
-Usted dirigió la Sinfónica de la UNSJ en varias oportunidades ¿Cómo la encuentra hoy?
—Tiene un grupo muy selecto de músicos y a través de los años tuvo diferentes desempeños. El año pasado dirigí la Sinfonía Fantástica, de Berlioz, una obra que requiere de una orquesta experimentada y salió muy bien. Este año se dio una dificultad inesperada: dos músicos de la fila de trombones dieron parte de enfermo. El primero se declaró enfermo el jueves y el tercero, el viernes; por lo que quedó despoblada la fila de trombones, ya que lo normal de cualquier orquesta son tres. Eran instrumentos de partes reales para las obras a ejecutar, por lo que debimos realizar un cambio de programa y eliminar la Segunda Sinfonía de Tchaikovsky y la Obertura en do menor de Celestino Piaggio.
—¿Otras orquestas se manejan con reemplazos, por ejemplo, para no modificar el programa frente a estos imprevistos?
—El tema fue que sucedió a último momento. Cuando se avisa con tiempo, en Buenos Aires hay muchos reemplazos. Hay tres orquestas sinfónicas permanentes: la del Teatro Colón, la Sinfónica Nacional y la Filarmónica del Colón. Siempre habrá un músico libre y si no, hay alumnos de buen nivel,
siempre y cuando haya tiempo para ensayos. En San Juan, no conozco la situación interna de la Orquesta en cuanto a la preparación de algún alumno. Generalmente, cuando se necesita aumentar la orquesta se recurre a músicos de Mendoza o de Córdoba.
—La Sinfónica de la UNSJ ensaya y toca en la misma sala del Auditorio Juan Victoria. ¿Considera eso un privilegio que no se da en otras provincias?
—Absoluto. No sólo ensaya en su sala, sino que es una sala 10 puntos. El único ente que tiene su propio espacio es el Colón, que posee dos orquestas: la Estable y la Filarmónica. Como la actividad principal del Colón es la ópera, la más privilegiada es la Estable, porque la otra hacía -ya que por ahora el teatro está cerrado por refacciones- un solo ensayo en esa sala. Acá la orquesta no sólo ensaya todos los días en la sala, sino que además es maravillosa.
—¿Piensa que la Sinfónica podría aumentar su producción artística para potenciar el uso del Auditorio?
—Eso depende del público. Se podría tantear abriendo la programación y viendo la cantidad de público posible que existe en San Juan para la Sinfónica. Pero también va en función de que se hiciera labor de difusión y de proyección de la actividad de la orquesta en varios ámbitos para provocar el interés. Los conciertos didácticos o por televisión -que es un medio para llegar a más personas- en general son buenos para generar nuevo público.
Volveré siempre a San Juan Cuando estuvo en San Juan, el maestro Calderón aún desconocía cuál sería la programación definitiva de la Orquesta Sinfónica Nacional, que dirige, pero manifestó que le gustaría volver a tocar aquí con esa formación, donde estuvo en una oportunidad anterior. Es que además de los lazos profesionales que lo unen a la provincia, su hijo Esteban, quien es músico, está radicado en San Juan desde hace un tiempo.
"Esteban es pianista y contrabajista, pero también es compositor y arreglador.
Ahora está viviendo en San Juan y más dedicado al bandoneón, por lo que me gustaría volver sin dudas a dirigir aquí", explica el maestro.
Calderón expresa que este año, la Sinfónica Nacional tiene previsto cuatro giras por el país, una de ellas a Cuyo, por lo que ansía que pueda regresar.