Diego López-García se recibió de ingeniero con honores en la Universidad Nacional de San Juan y es especialista en ingeniería sismorresistente. Radicado en Chile, es hombre de consulta tras el terremoto que afectó a gran parte del país trasandino. Entrevista publicada en El Nuevo Diario, en la edición 1427 del 19 de marzo de 2010
PERFIL
»» Nombre: Diego López-García
»» Lugar de nacimiento: nací en La Plata el 12 de febrero de 1967 y cuando era chico, mii familia se radicó en San Juan.
»» Casado con: María Eugenia Cerezo, una sanjuanina que nació el 2 de septiembre de 1966. Nos casamos el 26 de Julio de 1997.
»» Hijos: Tenemos 3 hijos. El mayor se llama Agustín Andrés y nació en San Juan el 14 de diciembre de 1999. El segundo se llama Marcos Emilio y nació en Amherst (EE.UU.) el 11 de marzo de 2004. El menor se llama Martín y nació en Santiago (Chile) el 25 de agosto de 2009. En
»» Estudios: Cursé los estudios primarios en las escuelas “Francisco A. Berra” (La Plata) y “Bernardino Rivadavia” (San Juan) y los estudios secundarios en el Colegio Central Universitario “Mariano “Moreno” de la UNSJ, de donde egresé en 1984. Durante los años 1985-
1989 realicé estudios universitarios en el Departamento de Música de la UNSJ. En 1990 ingresé a la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, de
donde egresé en 1996 con el título de Ingeniero Civil. República Federativa del Brasil.
Diego López-García es profesor en la Pontificia Universidad Católica de Chile de una especialidad que en los últimos tiempos se transformó en clave en el vecino país: Ingeniería Estructural y Geotécnica especialista en ingeniería sismorresistente y con conocimientos de mecánica de suelos y de sismología. Este platense que desde chico llegó a la provincia, se recibió en la Universidad Nacional de San Juan con Medalla de Oro y Diploma de Honor y la Distinción del Centro de Ingenieros por ser el mejor promedio. Su buen desempeño académico le permitió –después de trabajar unos meses en la empresa Galvarini Construcciones— obtener a una beca otorgada por la Fundación YPF, en agosto de 1997. En Estados Unidos realizó estudios de postgrado en Ingeniería Estructural, área Ingeniería Sísmica, en la University at Buffalo donde consiguió la maestría y el doctorado. Y desde julio de 2005 es profesor en Chile donde dicta clases y dirige tesis además de ser investigador. Además, participa en el comité a cargo de redactar una nueva norma chilena para el diseño de estructuras equipadas con disipadores de energía.
—¿El de Chile fue un terremoto con una intensidad que se podía esperar o se creía que si ocurriera un terremoto sería de menor fuerza?
—Las características sismológicas de la fuente sísmica que afecta a Chile —el límite entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana— y la sismicidad chilena histórica indican claramente que un terremoto de magnitud 8.8 era ciertamente posible, de modo que la magnitud del terremoto del 27 de febrero no fue sorpresiva. La mayoría de los sismólogos chilenos, sin embargo, esperaba que ocurriera un terremoto importante en el norte de Chile, y sólo después creían que iba a ocurrir un terremoto significativo en la zona central.
—¿Qué falló en Chile, por qué colapsaron edificios?
—En realidad, sólo colapsó un número muy pequeño de edificios modernos —en Santiago sólo colapsó un edificio—, de modo que, desde el punto de vista estructural, el comportamiento de las estructuras modernas ha sido, en general, satisfactorio. Algunas estructuras, sobre todo edificios de altura media —entre 15 y 25 pisos aproximadamente—, han sufrido daños, pero en la mayoría de los casos se trata de daño reparable.
—¿Tras el sismo se modificarán las normas edilicias?
—Es muy posible que como consecuencia del estudio de los efectos de este terremoto se modifiquen las normas chilenas de diseño sísmico. Por ejemplo, estudios preliminares de algunos acelerogramas en principio indican que la demanda sísmica en edificios de altura media fue superior a la demanda mínima establecida en las normas.
—¿Hay una fuerte presión del mercado para reducir costos que terminan con edificios con fallas estructurales?
—Sin dudas. Normalmente, la necesidad de reducir costos afecta al proceso constructivo, pero a veces también afecta al diseño estructural. En ambos casos, el resultado es una estructura vulnerable debido a que no satisface los requerimientos mínimos establecidos en las normas. La única manera de evitar estas irregularidades consiste en implementar controles rigurosos y establecer penalidades para los responsables.
—¿Por qué colapsaron las carreteras si son relativamente nuevas?
—El comportamiento de los puentes modernos no ha sido tan satisfactorio como se esperaba. Algunos estudios preliminares indican que algunos aspectos de las normas chilenas actuales para puentes —por ejemplo, longitudes mínimas de apoyos— podrían no ser adecuados. Estos aspectos van a ser cuidadosamente evaluados y eventualmente, modificados.
—¿Se puede producir en San Juan un terremoto de similares características que el de Chile?
—Las características sismológicas de las fuentes sísmicas que afectan a San Juan en principio indican que no es posible que ocurra un terremoto de magnitud 8.8, razón por la cual es altamente improbable que en San Juan ocurra un evento sísmico tan importante como el que afectó a parte de Chile.
—¿San Juan es una ciudad segura?
—En mi opinión, las normas argentinas de diseño sísmico son racionales y han sido cuidadosamente elaboradas. En consecuencia, puede esperarse que toda edificación que satisfaga los requerimientos mínimos de las normas sea razonablemente segura.
—¿Cuál es la importancia del trabajo que se debería realizar antes del terremoto?
—Previamente hay que disponer de un plan que establezca claramente qué persona u organización tiene la autoridad para ordenar evaluaciones estructurales y qué debe hacerse para que esa persona u organismo a cargo disponga rápidamente de la información necesaria. Esto es importante porque inmediatamente después de un terremoto, la tarea más importante de los ingenieros estructurales consiste en evaluar el estado de las estructuras que han sufrido daños y determinar si es necesario evacuarlas.
—¿Cuáles son los puntos fundamentales que deberían tenerse en cuenta?
—Hay algunos aspectos que son muy importantes. Por ejemplo, es necesario que los hospitales no dejen de funcionar inmediatamente después de un terremoto, para lo cual es de vital importancia diseñar cuidadosamente no sólo la estructura principal sino también todo el equipamiento y los elementos no—estructurales. Desgraciadamente, estos últimos rara vez son considerados en el diseño sísmico de un hospital, razón por la cual en terremotos recientes muchos hospitales modernos cuyas estructuras no sufrieron daños quedaron fuera de servicio debido solamente a daños no—estructurales. Pasó en EE.UU. en 1994, en Japón en 1995, en Taiwán en 1999, y también pasó aquí en Chile.
La pasión por la música Diego López-García tiene otra pasión además de la ingeniería: la música.
En 1977 comenzó a estudiar en la Escuela de Música de la UNSJ y al año siguiente se decidió por el clarinete.
Completó los ciclos Básico y Pre-Universitario, y algo más de la mitad del ciclo Universitario. Obtuvo una beca de la Fundación Antorchas, en 1987 que le permitió realizar estudios de clarinete en la Academia Orquestal de la Filarmónica de Berlín. Fue segundo clarinete en la Orquesta Sinfónica de la UNSJ entre 1984 y 1989, primero como alumno practicante y luego como miembro formal.