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2011-12-10 15:24:00

Alberto Bustelo y Susana Collado se casan en marzo

Alberto Bustelo tiene 62 años, es ingeniero electromecánico, fue gerente de importantes empresas como Cepas Argentinas y hoy está a cargo de la dirección del Auditorio Juan Victoria…

Alberto Bustelo y Susana

Alberto Bustelo tiene 62 años, es ingeniero electromecánico, fue gerente de importantes empresas como Cepas Argentinas y hoy está a cargo de la dirección del Auditorio Juan Victoria. Divorciado desde hace 14 años, es padre de Juan Ignacio (37) y María Eugenia (35) y abuelo de dos chicos. Hace más de dos años, escuchó hablar de Susana Collado y no pasó mucho tiempo hasta que intentó contactarla.
Profesora de danza y directora del instituto Ballerinas, Susana es madre de Sebastián (27) y Sofía Claudeville (22). En aquel momento, estaba divorciada desde hacía dos años y no pensaba volver a formar pareja. Sin embargo, un día recibió el llamado de Alberto. Y aunque ella se tomó su tiempo para aceptar la invitación, cuando finalmente salieron se dieron cuenta que había una conexión especial.
A los pocos meses de noviazgo, Alberto y Susana decidieron irse a vivir juntos y ahora están listos para dar un paso más. “Nos casamos en marzo”, dijeron ambos muy felices. —¿Cómo se conocieron?
Alberto: Un amigo me habló de ella, me dijo que era una mujer muy linda y como yo no tengo ningún empacho la llamé. La primera salida iba a ser a tomar un café pero me pareció que ella valía más que eso y la invité a cenar al Del Bono Park. Susana: Cuando una amiga me dijo que le había dado mi teléfono a un amigo yo no la tomé en serio y mucho menos pensé que él me llamaría. Cuando me llamó hice algunas averiguaciones y un amigo en común me dijo que saliera porque era un tipo bien. Eso me gustó y cuando hablamos por teléfono me pareció muy simpático así que acepté. —Pasó muy poco tiempo hasta que se fueron a vivir juntos…
Alberto: Cuando la conocí me di cuenta que además de ser linda por fuera era muy bella por dentro. Fue “Alcoyana—Alcoyana” en todos los sentidos. Por eso a los tres o cuatro meses empezamos a convivir. Después conocimos a los hijos de cada uno nos apoyaron mucho. —¿Por qué tomaron la decisión de casarse?
Alberto: Creo que hay que apostar a una pareja estable y que la forma de hacerlo es comprometerse ante la ley. Cuando uno encuentra a una persona adecuada es la mejor decisión. La coronación de este proceso es casarse porque es la expresión de dos personas que quieren compartir lo que sienten con todos los que los quieren.
Susana: Creo que no es necesario sino que es algo lindo, importante y es lo que tenemos ganas de hacer. Es la necesidad de decir que sentimos un compromiso diferente y a largo plazo. Uno aprende muchas cosas de los errores que cometió o que cometieron con uno. Yo me casé a los 22 y a esa edad uno ve la vida de otra forma, tiene la cabeza llena de pajaritos y después vienen los hijos. Ahora encontré un compañero con el que puedo vivir otras cosas porque los dos tenemos otra edad. El casamiento será para disfrutar de este compromiso y de los años que nos quedan que espero que sean muchos. —¿Qué dijeron sus hijos cuando les comunicaron que iban a casarse?
Alberto: Ellos quieren que sus padres estén felices más allá de las experiencias anteriores. Se transformaron en colaboradores de la pareja y sólo tuvieron palabras de buena onda. Nos dijeron que hagamos lo que nos haga felices. Creo que vale más eso que guiarse por el que dirán. La gente nos dice que nos ve bien porque nos recreamos en cosas nuevas y no nos dejamos caer en un piloto automático. —¿Cómo se llevan entre ellos?
Susana: Se llevan muy bien. Almorzamos en nuestra casa los sábados y tienen muy buena relación. Están contentos porque nos ven bien. Yo lo viví como hija porque mi mamá también se quedó sola y después volvió a formar pareja y me alegré muchísimo que estuviera acompañada. Uno nunca tiene que perder la ilusión de estar con alguien porque es necesario compartir la vida con alguien. En febrero de 2011, la pareja viajó a Estados Unidos y recorrió la ciudad de Nueva York. Aquí en el medio de Times Square.