v De cuando en cuando aparece un nuevo hecho, al que el supuesto ingenio popular y creatividad periodística da en llamar “Justicia Popular”.
v Cierto es, necesario es decirlo, que no se trata de algo que ocurra con habitualidad sino, y muy por el contrario, resultan ser episodios extraordinarios.
v Ahora bien, en estos últimos días ha ocurrido en San Juan uno de esos hechos –la muerte de un joven a manos de un grupo de personas que lo repelieron en ocasión del robo de un celular-; mi intención, la intención de esta columna, es patentizar lo siguiente:
I) La disyuntiva no está dada en “meterse o no meterse” en defensa de quien sufre un delito, el tema es actuar con razonabilidad y en Derecho.
II) La cuestión es entender que con “la supuesta justicia por mano propia” todos perdemos, en efecto:
a) Ha perdido la vida un joven.
b) Ha quedado destruida la familia del mismo,
c) Han quedado en grave situación los autores del hecho, ello desde lo jurídico.
d) Ha cambiado la vida de esas personas para siempre, tanto por haber matado como por las consecuencias que ello puede traerles.
v Lo he dicho ya públicamente, a nadie le gustaría estar en el lugar de los padres del joven muerto, tampoco, claro está, de los autores de esa muerte.
v Lo he dicho ya públicamente, si todos los protagonistas tuviesen la oportunidad de volver el tiempo atrás, si pudiesen meterse en el “Túnel del Tiempo”, seguro pretenderían borrar lo ocurrido, de eso estoy seguro.
v Fomentar la violencia es malo, malísimo; cuando se hace desde posiciones relevantes es incomprensible.