v Que los de la farándula digan e inventen estupideces para tener prensa y que, aún determinada parte de esta, lo presente como "Tema de Estado" no constituye, en sí, un problema.
v Tampoco lo es que muchos se prendan en ese espectáculo “shampoo” y que con la misma facilidad que lo discuten, lo olviden a las 24 hs., dando paso al próximo novelón.
v Así la ausencia del Diego al casamiento, las pseudo denuncias de Natachita, las bravuconadas de Feinmann, los discursos de Dady , las histerias del Gambetita y Yanina , o las idas y vueltas del Poroto y Nicolle, Moyanito incluido. Todo bien, otra vuelta de shampoo.
v El problema es cuando se "faranduliza" la política, la justicia, el gremialismo, el empresariado, ahí ciertamente se pasa de lo divertido a lo "tétrico", ahí nos tenemos que empezar a preocupar.
v El problema es cuando se hace periodismo de periodismo o de periodistas, el drama empieza cuando los periodistas no transmiten ni comentan hechos sino que son los protagonistas de estos.
v El problema es cuando los jueces pierden el recato y pretenden formar parte de esa farándula, el problema nace cuando los fiscales dejan de hablar de derecho y buscan la aprobación y el aplauso interesado y populachero.
v El problema empieza cuando se pierde el equilibrio, el justo medio; el problema empieza muchas veces, cuando, torpemente, se cree que el prestigio o el desprestigio se gana en una partida y no con una trayectoria.