v Sin ninguna duda, en algunas cuestiones tenemos (in) conductas rayanas en la insolencia , la ignorancia, cuando no en el oportunismo.
v Así aparecen, con luces propias, diferentes descalificaciones a quienes desarrollan una actividad política, pertenecen, sin esconderse, a una agrupación de esa naturaleza, o simplemente colaboran en la administración del Estado, o tienen parentesco con quienes reconocen militancia.
v Graciosamente no pasa lo mismo respecto a quienes desarrollan otras actividades, así empresarios, dirigentes de asociaciones, militantes de cultos, es verdad de ellos nada se sospecha, nada se especula, quizás considerándolos portadores de la "vacuna de la virtud".
v A ellos está vedado preguntarles, por ejemplo, qué actitud asumirían en el ejercicio de una función si los llama por teléfono un líder empresario o el más alto dignatario de su culto, etc. etc., ello pues “son puras virtudes”, cero pecado, son aquellos a los que Jesús jamás tendrá oportunidad de defender de los piedrazos del pueblo.
v Graciosamente descalifican a la política, también, quienes han militado en ella, muchas veces con estruendoso fracaso y, para peor, lo hacen, también, los que siguen militando en ella solo que ahora, en ocasiones, encubiertos en instituciones.
v En verdad, lo digo con toda sinceridad y brutalidad, me parece un discurso, una (in) conducta barata, cobarde y despreciable, me parece una enorme falta de valentía .
v Es de gente seria, valiente y formada no buscar atajos ni discursitos de ocasión para criticar u oponerse a algo o a alguien lo contrario, lo reitero, habla mal de quien lo hace, ello pues tiene bastante olor a cobardía.