De seguro, en los últimos tiempos, entre los temas más abordados se rescatan los de Violencia de Género, Trata de Personas y Niños y Adolescentes. Difícilmente no hayan nacido “cientos de pseudos expertos” y no se hayan organizado miles de jornadas.
Todo eso es cierto, tan cierto como que, para las mujeres, demasiado no cambió la realidad o, como mínimo, no cambio lo suficiente.
Debe sí reconocerse, que buena parte de la Sociedad, que el periodismo en general y un reducido grupo de operadores del sistema han incorporado “una visión de género”, una esperanza que hay que alentar.
Pero aun no se internaliza que el tema reconoce naturaleza interdisciplinaria ue, por ejemplo, resulta er, también, un tema de salud pública, que requiere un abordaje integral, en especial desde lo jurídico.
Hoy se tiene en claro, por lo menos teóricamente, que debe facilitarse el acceso a justicia, pero falta el completar el para qué, pues, de común, el sistema o la falta de éste tritura
a la víctima.
Todavía no se asume que hay que ocuparse del victimario como un modo más, también, de ayudar a la víctima, desconocer eso es desconocer la realidad de la vida, las miles de
facetas que presenta el flagelo.
Para peor, no se asume que la temática requiere de verdaderos, sólidos y formados especialistas, y que no se es tal por mero voluntarismo. Ciencia a la ciencia.
Alguna vez ya lo dijimos, se debe recorrer el camino hacia los Juzgados, Fiscalías y Asesorías Temáticas con competencia multifuero, de modo tal de dar un tratamiento integral
al problema de la mujer, sin someterla a un peregrinaje eterno.
Un buen aporte es el Registro de Violencia conformado en nuestro Poder Judicial, como mínimo, por tres razones:
1) Porque al instante se conoce el historial de los involucrados.
2) Porque permite el control de la gestión del caso.
3) Porque va a operativizar la acumulación de procesos. Todo ello entre otros.
Bueno es decirlo, cuando se implante el Sistema Acusatorio, buena parte de la problemática se solucionará con las Fiscalías Temáticas y el abordaje integral de las víctimas.