En el mes de agosto fue presentado un Proyecto
con la nueva selectividad de contenidos educativos para ser adaptado a la
reforma de la Ley Educativa en donde la memorización pierde importancia. Para
el ingreso a la Universidad, por ejemplo se introduce una prueba de madurez
académica con la que se “pretende romper
el peso del aprendizaje tradicional, demasiado anclado en los contenidos y la
memoria, y la reducción a la mitad del número de exámenes”. En este caso se trabajará con contenidos de Historia y Filosofía y
una materia de modalidad obligatoria elegida por los alumnos.
Se pretende evaluar con mayor equidad la madurez
académica de los alumnos y también incorporar la ruta de renovación que ha
abierto el informe Pisa, que organiza la OCDE cada tres años y que analiza los sistemas
educativos de 81 países para evaluar el rendimiento de los alumnos en
matemáticas, ciencia y lectura. La gran meta de lo expuesto es la de reforzar
las capacidades de quienes se están formando para que puedan adaptarse a un
sistema altamente competitivo y en constante transformación, frente al cual,
una enseñanza excesivamente centrada en los contenidos los deja muchas veces
desorientados. “De lo que se trata es de fortalecer las habilidades, reforzar
las competencias de cada alumno para razonar y dar respuesta a desafíos
concretos y tener recursos para enfrentarse a los problemas que la realidad
plantea y darle a los alumnos las herramientas que les sirvan para enfrentarse
a un mundo cada vez más complejo”.
Reconociendo que la memoria siempre será
importante y no se puede prescindir de ella por ejemplo para retener
determinados contenidos de cultura general. En cuanto a la tarea de evaluar, es
desde luego menos difícil
hacerlo ante el que recita lo que ha memorizado que frente al que tiene que
mostrar sus competencias.
Esta nueva propuesta de selectividad, puede ser
o no una acción para considerar, pensar y acordar en la Argentina,
concentrándonos en las mejoras que nuestro Sistema Educativo necesita, como la
disminución de la brecha de la inequidad existente, teniendo como eje de toda
gestión educativa las garantías efectivas para estas y todas las generaciones.
Debemos rescatar el trabajo de Docentes, de especialistas y del Estado que
tienen el gran desafío de emparejar las desigualdades, con políticas educativas
necesarias, en la convicción firme que todos los alumnos son capaces y hay que
garantizar las condiciones para poder hacerlo.
Comparto un texto de Enrique Pichón Riviere: “Si, yo he visto flores romper el asfalto
para florecer, hombres y mujeres terminar sus estudios a los 90 años, mujeres
embarazadas o con sus bebés luchando, docentes e instituciones populares que
van a ver a sus alumnos a las casas en villas, chicos con dos trabajos en
colegios nocturnos. Yo quiero una Argentina de posibilidades, de inclusión,
respeto, igualdad, memoria, por favor”.
Fuente: Evaluar
competencias, agosto 2022. Diario el País.
(*) Docente, exsecretaria de Educación
Fuente: Nuevo Mundo, edición 635 del 19 de diciembre de 2022